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Bola Provisional y Obstáculo de Agua

Las Definiciones en la Reglas de golf son fundamentales para su interpretación. No son tantas, si las conoces tendrás mucho ganado en tu dominio de reglas, todo se basa en ellas.

¿Cuándo puedo jugar una Bola Provisional?. Existe la creencia generalizada de que siempre tengo esa opción y simplemente no es cierto. La Definición de Bola Provisional es clara y concisa: “Una Bola Provisional es una bola jugada bajo la Regla 27-2 cuando una bola puede estar perdida fuera de un Obstáculo de Agua o puede estar Fuera de Límites”.

Es demasiado habitual la situación en que un jugador después de un golpe dice que va a jugar una Bola Provisional porque cree que su bola original se ha podido ir a un Obstáculo de Agua. Error. El jugador no debe preguntarse si su bola se ha podido ir al agua para jugar una provisional. La pregunta debe ser: ¿Puede mi bola encontrarse perdida fuera del Obstáculo de Agua o haberse ido Fuera de Limites?, sólo en caso afirmativo tengo el derecho de jugar una Bola Provisional.

Según la 27-1 en cualquier momento, un jugador puede, bajo la penalidad de un golpe, jugar una bola lo más cerca posible del punto desde el cual la bola original fue jugada por última vez, es decir, proceder bajo la penalidad de golpe y distancia. Si un jugador ejecuta un golpe a una bola desde el punto desde el cual la bola original fue jugada por última vez, se considera que ha procedido bajo la penalidad de golpe y distancia.

Entonces está claro que como juegue una provisional sólo porque tengo dudas de si me ido al agua, por mucho que anuncie que se trata de una Bola Provisional, esta se ha convertido en mi Bola en Juego teniendo que abandonar la original aunque aparezca.

Si, en algunos casos es una faena tener que ir a comprobar si tu bola llegó al agua o se encuentra en el Recorrido (otra definición)Si la bola no aparece y puede estar perdida en el rough cercano al Obstaculo de Agua, no puedes declarar tu bola en agua y pretender dropar una bola según la Regla 26 de Obstáculo de Agua. No te queda más remedio que volver al lugar donde diste el golpe anterior, procediendo bajo la penalidad de golpe y distancia por haber perdido tu bola.


Sólo en casos excepcionales, por las peculiaridades topográficas del hoyo o para acelerar el juego puede existir una Regla Local que autorice jugar una bola provisionalmente bajo la Regla 26 de Obstáculo de Agua, como es el caso del Hoyo 16 del Campo de Miño. Desde el Lugar de Salida la bola que se va a la derecha no se puede ver si llega al Obstáculo de Agua o se queda en el Recorrido, pero lo que si es seguro es que si no está en agua no puede estar perdida fuera del obstáculo dado que la hierba de esa zona está perfectamente cortada y se trata de un área limpia que imposibilita perder la bola. Esto dice la Regla Local:

JUGAR UNA BOLA PROVISIONALMENTE BAJO LA REGLA 26-1 EN EL HOYO 16
   Si en el golpe desde el lugar de salida del hoyo 16 hay duda sobre si una bola está en el obstáculo de agua o perdida en el mismo, el jugador puede jugar otra bola provisionalmente bajo cualquiera de las opciones aplicables de la Regla 26-1.
   Si la bola original es encontrada fuera del obstáculo de agua, el jugador debe continuar el juego con ella.
   Si la bola original es encontrada dentro del obstáculo de agua, el jugador puede jugar la bola original como reposa o continuar con la bola jugada provisionalmente bajo la Regla 26-1.
  Si la bola original no es encontrada o identificada dentro del período de cinco minutos de búsqueda, el jugador debe continuar con la bola jugada provisionalmente.

En el Campo de Layos (Toledo) el Hoyo 8 es un precioso par 3 de 200 m. Su Green está protegido por un lago identificado con estacas rojas. La tentación de tirar a Green desde el Lugar de Salida es lógica y ayer soñaste el golpazo que volando los 200 m la dejabas dada para birdie. Mi compañero-competidor cogió su hierro 7 y la dejó perfectamente colocada en la calle que discurre pegada al lago, después cogió su madera 3 para darse el gustazo de intentar llegar a Green, empeñado en que él tenía derecho a jugar siempre una Bola Provisional. Sin comentarios.


Santiago Ruiz Tovar
Árbitro FGG

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Yo juego a otra cosa

Mi infancia transcurrió en un pueblo de la Costa da Morte en el que muchas semanas no paraba de llover. Mis cinco hermanas se pasaban esas largas tardes jugando a las casitas y a mi no me dejaban participar por ser un juego de niñas.  Finalmente encontré mi lugar, me permitían hacer de perro, sólo en el caso de que ladrase poco. Los días menos lluviosos por fin dejaba de andar a cuatro  patas y con mis amigos jugaba a cosas más propias de niños. Nos divertíamos lanzando trompos al que sustituíamos la punta por un clavo que el hijo del zapatero afilaba extremadamente. Se trataba de partir en dos la peonza rotante del amigo que se veía reventada al recibir un certero impacto. Yo tenía la suerte de ser “o fillo do secretario” y mi padre semanalmente viajaba en su seiscientos café con leche y me traía de la capital modelos exclusivos de trompos cuyo final estaba escrito. Los gatos nos temían cuando nos veían armados con tirachinas y arcos cuyas flechas eran varillas de paraguas viejos que también pasaban por la piedra afiladora de la zapatería.

Cuando jugábamos al fútbol el más paquete se ponía de portero y si ni para eso servía se le dejaba hacer de árbitro, como el perro de las niñas. Eso me pasa a mi con el golf, mis talentos no me dan para la titularidad pero al menos, aunque sin silbato, disfruto como nadie de este apasionante deporte. Por más que lo practico sigo siendo un jugador mediocre. Estoy convencido de que cuanto más entreno más consolido mis errores. Si paro una temporada, al volver alcanzó mi mejor nivel pero al segundo día ya no me libero de mi puñetero slice crónico. Todo está en tu cabeza, dicen mis amigos, no pienses en nada y deja que tu swing fluya. Ante un espejo lo único que veo fluir de mi swing es la barriga. Soy capaz de dar golpes muy buenos y eso es lo que te hace creer que sabes hacerlo pero el siguiente rabazo te pone en tu lugar. Tampoco entiendo que sea un tema mental. Tiger jugaba como nadie llevando una vida disoluta que a la fuerza le tenía que tener intranquilo y desde que recuperó la estabilidad en su entorno no ha vuelto a dar pie o palo con bola. También me dicen que observe a los profesionales que siempre se aprenden cosas. No funciona. He visto todo el golf y el fútbol que se pueda ver y desde Seve a Rahm pasando por Big Easy, desde Pelé a Messi pasando por Maradona, jamás se me pegó nada.

Yo juego a otra cosa.

Santi Ruiz Tovar


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Es responsabilidad de todos erradicar las trampas en el golf

Por desgracia, no toda la gente comprende al 100% de qué va esto del golf y no capta su esencia, por mucho que se intente desde cualquier frente.

Me preocupa que hoy en día se sigan repitiendo las mismas reacciones de siempre cuando un golfista honrado ve a otro hacer trampas. También me preocupa que se siga haciendo poco desde los clubes y federaciones con esta gentuza, o a veces, que a sus responsables no se les deja hacer nada. De alguna manera, a veces pienso que se son cómplices indirectos de los que no respetan el reglamento. Sí, sí, has leído bien: cómplices del tramposo, porque permiten que campen a sus anchas y no terminan de poner los medios para evitarlo.

Cuando alguien hace trampas en una partida de golf, suelen darse las siguientes situaciones:
Nadie lo ve, así que no pasa nada porque nadie se da cuenta

En realidad, el que hace las trampas sí lo sabe y es consciente de su engaño, así que no podrá tener la conciencia tranquila. Cuando vaya al bar a presumir de sus “grandes” resultados, él sabrá que son falsos y si va mucho el cántaro a la fuente, ya se sabe lo que tarde o temprano acabará pasando: lo van a cazar y su mundo de proezas se convertirá en mofa y befa.

No hay peor cosa que engañarse a uno mismo.
Es la forma de vivir más tonta que uno puede pensar. Es muy triste hacer trampas y creer que estás jugando al golf. Si haces trampas, estás jugando a otra cosa, engañándote a ti y a los que participan contigo.

Alguien ve a un tramposo pero prefiere mirar para otro lado

La típica actitud de los “golfistas diplomáticos”, de no se meterse en líos. Curiosamente, un porcentaje alto de este perfil siempre suele quejarse en corrillos particulares, pero luego nunca da la cara. Conozco taaaaaaantos casos como este, que me aburren. Cuando alguien ve a un tramposo obrar y no dice nada, se está convirtiendo en cómplice de su engaño. Así de claro. Es responsabilidad del jugador de una partida que los demás miembros de la misma cumplan las reglas, sea o no sea el marcador.

Si se permiten las trampas, “para no tener follones”, mal hecho. Se puede comentar el hecho y discutirlo sin violencia verbal, si se hace con inteligencia. En caso de duda, siempre se podrá consultar al terminar la partida, debidamente acompañados de un árbitro o miembro del Comité de Competición correspondiente. Tan fácil como esto, aunque es cierto que algún día te llevas un mal trago seguro, pero es una consecuencia de jugar al golf. Si los tramposos saben que tú ya has denunciado a otro antes, te tendrán miedo y pocos se atreverán a hacer trampas delante de ti.

Veo a alguien hacer trampas y me retiro porque no le aguanto más

Normal que a uno se le saquen las ganas de jugar cuando ve a otro hacer trampas y hacer “la del motorista”, como diría algún amigo mío. Pero marcharse no soluciona nada, ya que lo único que se consigue es darle barra libre al tramposo y dejarle que haga lo que le dé la gana.

Hay que dar la cara y decirle al jugador que le hemos visto hacer trampas. Si no te apetece seguir, te vas, pero es tu obligación como competidor dejar la situación zanjada y aplicar los golpes de penalidad correspondientes. Si no se hace así, el tramposo seguirá campando a sus anchas y nunca dejará de faltar al respeto a los demás golfistas. Hay que actuar.

Los directivos de clubes y federaciones no sancionan, para no tener problemas

Pocos son los directivos de clubes y federaciones que se dedican profesionalmente y se ganan la vida con su dedicación a una entidad de golf, así que es comprensible nadie quiera sancionar y ganarse la enemistad con ningún energúmeno tramposo que le pueda hacer la vida imposible en sus negocios o empleo particulares. Imagínate que te metes con un íntimo amigo de tu jefe, la que te puede caer el lunes en la oficina.

Pero que sea comprensible, no significa que sea lógico. Ser directivo de un club o federación no es obligatorio, siendo una obligación aplicar el reglamento y sancionar a los tramposos, si hace falta, con dureza. Es su responsabilidad, que han asumido voluntariamente y desde este perfil tampoco se puede mirar para otro lado. Si hace falta, se debe escalar el asunto a organismos superiores, como la RFEG.

Recuerdo una vez que vi a un tipo hacer unas “maniobras” extrañas con una bola provisional en un campeonato de empleados de una gran empresa gallega. Todos éramos compañeros de trabajo, pero se ve que teníamos un “listo” en la partida. Cuando advertí la situación discretamente al resto de compañeros de partida, me advirtieron que me andara con ojo, “no vaya a ser un enchufado del amo”. Efectivamente, la gente no quiere problemas personales y mira para otro lado. Yo me dediqué a hacer un “marcaje al hombre”, así que poco pudo “trampear” el delincuente este.


https://www.clubdegolflagarza.es

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